martes, 27 de marzo de 2012

Entrega fraterna



La modestia explícita suele ser el disfraz de la arrogancia. Me sirven como ejemplo, para tal afirmación, aquellos músicos que denominan su hacer musical como “música para el pueblo”; aquellos que alientan exclamando sin vergüenza alguna el posesivo “mi” (“’¡Vamos mi gente! ¡Vamos mi pueblo!”). ¿Acaso soy el único que considera evidente que este tipo de personas se refieren al pueblo como masa y no como individuos autónomos, porque preferirían permanecer ajenos a las problemáticas de la población, en una vía paralela y más avanzada, como los dictadores? Lo pienso porque su afán por ser escuchados lo demuestra, pero su falta de astucia los delata.
Igual hasta cierto punto los entiendo porque, en un pseudosistema como el actual, desde niños nos enseñan a huir disimuladamente de la austeridad, a mirar con respeto las máquinas y a manejar personal para evitar lidiar con uno mismo.
Hay que ser valientes y aceptar que afortunadamente somos una persona más, que podemos ayudar a los demás pero que no debemos exigir a cambio ser recordados. Quizá todo sea por la vanidad que causa la inseguridad.

sábado, 17 de marzo de 2012

Leves maneras



Recuerdo de anoche tu forma precisa, dibujable. Me levanté sintiéndome culpable por no tenerte, y digo tenerte porque deseo, en contra de mi voluntad y de la mesura por la que procuro regirme, tenerte y hacerte creer que me tienes debajo tuyo, desnudo en tu mano, como una semilla de lujuria, como una certeza de vida, como un resumen de la inmortalidad que degustamos en cada orgasmo, en esos justos instantes en los que somos un puño cerrado con fuerza, cuando tu cuerpo gime, cuando cierras los ojos para llegar a tu origen, mientras yo, al reconocer la confusión en tus gestos, te calmo gustosamente dándote placer.

martes, 6 de marzo de 2012

Las sendas del teclado



El buen amante es magnético por su capacidad de hacerle creer a las amadas que se despide de ellas con el corazón herido.