domingo, 17 de enero de 2021

Crítica a un argumento

 

La Iglesia somos todos: creyentes, agnósticos, ateos. Algunos ministros, autoridades de la Iglesia católica colombiana, aceptaron dinero, riquezas de la mano de Pablo Escobar. Muchas personas (parte del cuerpo de la Iglesia), consideran que él, Pablo, era muy bueno porque daba mucho, muchas cosas. Cristo, sus parábolas, son para mí un eje moral, una energía vital con la cual siempre estoy en permanente diálogo. Recuerdo el pasaje bíblico narrado en Lucas 21, referente a la ofrenda de la viuda pobre. Jesús se encuentra en el templo junto con sus apóstoles, y ven a algunos hombres ricos dejar ofrendas cuantiosas en las cajas, mientras que una anciana, pobre y viuda solo echó dos moneditas de muy poco valor.  Jesús les dice: “Les aseguro que esta viuda pobre dio más que todos los ricos, porque todos ellos dieron de lo que les sobraba; pero ella, que es tan pobre, dio todo el sustento que tenía”. Hay otras traducciones, con resoluciones diversas, pero creo que la idea principal se conserva en cada una. Sobre Pablo, sobre todos los traquetos que pretenden lavar sus malas acciones a fuerza de regalos, de ofrendas cuantiosas, recae este comentario, este juicio del Mesías: están dando de lo que les sobra, no de lo que les falta. Hoy, esa anciana viuda y pobre, representa a muchas personas: el padre de familia que a pesar de la crisis generada por la pandemia, decide invertir en la educación de sus hijos, por ejemplo.