El mundo nunca paga sus deudas
Porque no tiene por qué.
El mundo es el anfitrión y por naturaleza
no nos debe nada.
A ti que te han fallado
Honda y narcótica y fatalmente
Se te sugiere la posibilidad de esa deuda,
pero sabes que esa sugerencia de volverte víctima de la
libertad de otros
es una tentación
honda y narcótica y fatal.
Y percatándote de que eres capaz de darte cuenta de eso
Descubres en gerundio que el mundo, ese gran oso blanco con sangre en su hocico,
Ha saldado todas sus posibles deudas
Haciéndote capaz de coger a mil revoluciones las curvas del
espiral de tu
[consciencia
[consciencia
De dibujar manos
De colorear sin salirte de la línea
De montar a tu yegua
De convivir con una niña cabra en mundos que tú misma
creaste.
Algún día ella también vendrá y te dirá
Me debes.
Tú le responderás:
“no, sólo hice más interesante tu drama y además te puse
paticas de cabra”.