martes, 12 de mayo de 2020

Varias flores, un mismo ramo.


Con agradecimiento, para María Clara A.

Flor 1.
El humano es la especie que sabe que observa.
Reconoce un entorno. Se reconoce. 
Pero a la vez sabe que ignora muchos aspectos de ese entorno, y de sí mismo.
Sabemos que las especies participan en la conservación de la vida y de los propios ecosistemas. Que sin abejas no habrían frutas, por ejemplo. Este es el llamado papel ecológico de las especies.

Flor 2.
En una conversación vía Instagram surgió la duda: ¿por qué los seres humanos nos sentimos superiores si somos un mamífero no solo inservible, sino además nocivo para todos los ecosistemas?
Los demás mamíferos tampoco parecieran participar tanto como los seres productores; somos consumidores secundarios, de cuya acción dependen los consumidores terciarios.  La diferencia es que ningún otro mamífero además del humano ha rasgado la capa de ozono, ni ha secado ríos, ni ha destruído la naturaleza poniéndose en riesgo a sí mismo y a todo su entorno. Ningún otro mamífero pareciera ser tan suicida como el humano.

Flor 3.
Los seres vivos crean anticuerpos, elaboran sistemas de defensas. Evolucionan a partir de las enfermedades que los han acosado.
El planeta tierra es un ser vivo. Un gran cuerpo.
Así:
Creo que la Tierra nos ha creado.
Y lo ha hecho para defenderla de amenazas del pasado.  Amenazas de las cuales no puede salvarla ninguna otra especie.
Recordemos: el humano es la especie que observa y que sabe que observa: el humano es la especie que la misma Tierra ha creado para que la cuide. Para que preserve la Vida. Para que no la vuelva a golpear ningún meteorito.

Flor 4.
El Universo sigue en éxtasis. Jamás ha dejado de estar siendo.

Flor 5.
El hombre siempre ha mirado a las estrellas. Si recordamos nuestra niñez, nos recordaremos mirando al cielo, o percibiendo de alguna manera el entorno natural; el calor húmedo, el frío entrando por la ventanilla, el miedo ante el bosque oscuro.

Flor 6.
Empezamos a ser conscientes de esto. Nos avergüenza ser animales y nos separamos. Esta separación es únicamente reversible mediante alteraciones del sistema nervioso. Confundimos estar separados con estar en oposición. 
Y no: mentalmente nos sentimos "separados" de la naturaleza pero no para oponernos o someterla: sino para cuidarla, respetar su diversidad y procurar comprenderla con el paso de los siglos.

Flor 7.
Y creo que esa es la función del ser humano. Cuidar y preservar la Vida de la tierra, no porque sea un recurso o para valerse de ella o para explotarla en busca de la incesante y banal satisfacción de sus antojos, sino por sí misma, sin querer darle un sentido ulterior, sino, insisto, por sí misma, porque, la vida, es un misterio que nos contiene.

Flor 8.
Creo que esta es la función del humano como especie, mas no el sentido de la vida de cada uno de nosotros. El sentido es una construcción de distinto orden.
Tal vez, tener la certeza de una función nos tranquilice, y sirva además para hacerle contrapeso a la caníbal e intranquila idea del capitalismo: esa que propone que el sentido de la vida, palabras más - palabras menos, eufemismos más - eufemismos menos, consiste en sacar la plata del bolsillo del otro para ponerla en el propio.
Sí: es más sensato creer y confiar que fuimos creados por la Tierra para preservar la vida.