Todas las acciones son una inyección
de fuerza a la realidad; una manifestación que condensa cierta cantidad de
energía. Indiferente de la finalidad de cada una de ellas, en el momento de
decidirme a actuar, opto por aquella que considere ser más enérgica, más
fuerte; aquella acción que sea más acción, y no hablo de aquella que implique
más movimiento, volumen, corpulencia o bríos. Me refiero a aquellas acciones
que así siendo sólo intentos, son acciones intensas, como lo son, por ejemplo, el
intentar hacer una canción o el intentar hacer sentir amado a alguien.