miércoles, 1 de junio de 2016

Sana


Las luces de junio me indican que crear es mi naturaleza. Me sana. Las experiencias y los caminos vividos son la riquezas obtenidas a partir de lo que he creado de manera espontánea,  disciplinada, caprichosa y necesitada. Dicen: “si eres músico de verdad, valoras toda la música”. Y sí. Se valora toda la música. Pero eso no significa que deba interpretar todas las músicas y querer saciarme tocando reggaetón cuando lo que de verdad me inspira es Isao Tomita. Yo creo que uno está llamado a crear desde lo más profundo de su ser, de sus sentidos, de su necesidad de existir. Ser esencia a través de las creaciones y cruzar así los océanos de tiempo que a mí no me distanciaron de Debussy y que tampoco alejaron a mi papá de Paganini. Supongo que hay gente que desde que coge el pincel, ya es capaz de crear un tipo de belleza que puede ser valorada por todos. Creo que también que no siempre es así y que a veces en el trayecto del creador la admiración es una variable considerablemente menos estimable que la condición meteorológica. Se supone que crear, de manera bien intencionada, intensamente, con rigor, me acercará a cumplir el sueño de crear belleza.  El sentido de la excelencia es algo que se puede fomentar desde el arte; crear es comprender.