viernes, 18 de mayo de 2012

En el sobre, una charla


En modo a prueba de fallos:

Por naturaleza, los humanos nos regimos por símbolos.
Por los símbolos, los humanos somos seres religiosos.
Concebir la continuidad manifiesta de la eternidad,
o de la expansión científica del universo, o de la historia
o de la inmortalidad,
dirige las creencias y cultiva la bondad,
presente en aquel niño que le deja agua caliente 
al niño que después de él, se debe bañar. 

Pero anular la eternidad,
porque la historia nos ofende,
porque hay símbolos e iglesias que se imponen,
porque es evidente la corrupción y el abuso,
significa encerrarse en esta vida,
en esta aventura de posibilidades,
en el permanente juicio de los tiempos,
en la carencia, en la decadencia, en la indiferencia,
en la imposibilidad de no saber cómo detener el curso del tiempo
para no alejarnos del pasado que fue sin haber sido,
como un sueño no vivido
sino medicado.
Significa vivir manipulados por la posibilidad de ser olvidados,
de dejar nuestra época en el pasado,
y a sí mismo en ella,
sin nuevos años, sin nuevas nadas.
Soportando la genética,
la mitología científica,
las cifras,
y el desespero corporativo por calmarnos.
Siempre cal - mar- nos.

Por eso nos anestesian
-distraen-
con simulaciones de poder
como método,
como solución
y nosotros permanecemos vulnerables
como pájaros bajo un aguacero,
en un vacío dotado de permisos,
en el que flotamos según nuestros caprichos,
sin reconocer que la historia sirve de lupa para leer el presente,
para luego entender, y sólo así sospechar.
De otra manera,
tanta gana atea,
sólo corresponde a un interés y se resume sólo en una vulgar desconfianza,
en presiones vertebradas,
en lecturas mal abordadas,
en ganas de novedad metafísica,
en ánimos de fluorescencia barata.

El respeto por todo lo que comprende el devenir,
significa evaluar las decisiones que configuran el presente;
el alma y el paraíso son decisiones íntimas y personales,
silenciosas y voluntarias, como el agradecimiento,
dirigidas por la capacidad de generar realidades desde el lenguaje
y símbolos desde la experiencia.

"Nunca un copo de nieve cae en el lugar equivocado"