La vida es una y es bonita. Sobra creer que vivimos una época decadente y sin sentido, si
se desconocen los ideales nobles de tantos a quienes ignoramos. Muchos
intelectuales argumentan y manipulan la realidad justificando prejuicios
nacidos durante una malsana soledad (las ideas radicales son las más fáciles de
argumentar; el equilibrio supera la lógica y el modelo capitalista basado en
una constante satisfacción de cada impulso). El mundo corresponde a un
ordenamiento, entendámoslo o no: hay que ser humildes para percibirlo y
encontrarse en él.
Líderes secretos, sincronizados por las ventajas de
un capital acumulado durante generaciones, pretenden desanimarnos y
atemorizarnos. ¿Cómo querer salvar, desde las ciudades, al planeta manifiesto
en una naturaleza a la cual le tememos y minimizamos a la explotación y al control
químico, representable por el Raid que se conserva cuidadosamente en
la cocina?
Nos alejaron de nuestra naturaleza, nos invadieron
los mitos de la superioridad y de la independencia (como la de los adolescentes
que ante una ilusoria capacidad ya pretenden sentirse independientes
marchándose a vivir solos… para consumir según su antojo). Ahora muchos buscan
un planeta similar a la tierra para marcharse.
Puro Edipo, pura relación no inconclusa similar a
la de los hombres adultos que se pasan buscando una amante igual a su madre.
Antes de encontrarlo no van a desencadenar la guerra
nuclear; una vez lo encuentren, aquellos “líderes” furiosos y "decepcionados" se
marcharán a ese nuevo planeta. Muchos otros acá seguiremos enfrentándonos,
señalándonos y juzgándonos superficialmente acudiendo a calificativos y a
creencias para acabarnos, mientras nuestra ÚNICA madre se resiente de dolor y
fiebre. Los que puedan huirán y luego verán por satélite los nucleares
hongos bullentes con los que hemos traicionado a todas las especies y con los
que le daremos fin a nuestra historia. Educarán a sus hijos lejos de la órbita
que el cadáver terrestre recorrerá por inercia y sometimiento físico; les
recomendarán la labor de regresar cuando puedan para recomenzarlo todo… ¿pero serán obedientes?
Uno de los problemas de quienes sospechamos un
futuro más o menos similar al descrito, es que mantenemos con el ceño fruncido
y seguimos actuando igual a todos aquellos que, directa o indirectamente,
contribuyen a este modelo de apocalipsis light y tecnológico. Pero
pienso que todo se podría evitar si los seres humanos, independiente de nuestra cultura y desde niños, supiéramos que vivir "feliz" y en comunidad no significa ser complaciente, agradable y
divertido. Pareciera que cada acción, hasta la más reservada, conserva en su esencia algo de tentación, necesidad y sometimiento... inclusive el acto de escribir y publicar este tipo de fraseadas reacciones.
… si tan sólo fuera obligatorio beber cidrón,
toronjil y valeriana.