miércoles, 2 de mayo de 2018

Mi viaje al centro de un libro


Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne, trata más que de una expedición. Para mí, en este momento de mi vida, esta novela fantástica es acerca de la voluntad y la esperanza; de asumir con energía propósitos nobles, expediciones imposibles. Lo relaciono con mi búsqueda actual por medio de la literatura y de la música, con los sacrificios que debo hacer para poder crear, para forjarme. Hay verdaderas joyas puestas de manera sutil y brillante dentro de la trama, como cuarzos incrustados en una roca cualquiera. Ejemplos:
  1. El tío no se desgasta en discusiones: su propósito es claro y gigante: viajar al centro de la tierra. ¿Cómo iba a distraerse en nimiedades y orgullos?
  2. Axel se enfrenta a sus miedos, a su pesimismo y a su incredulidad: el tío, atento e impasible, lo enfrenta constantemente: ¡Hablas como un hombre sin voluntad!
  3. El granito, dura roca que los separa de la superficie terrestre, los hace sentir aprisionados. Pero en algún momento el tío propone lo siguiente: ¡Nuestra voluntad debe ser más dura que el granito! Y sí: nuestra voluntad, la voluntad personal, debe ser más dura que los obstáculos. Haceos duros, gritaba Zaratustra, más o menos por los mismos años en que Julio Verne publicó esta novela.
  4. Axel lo dice: todos los inconvenientes, todos los obstáculos, todos los problemas, fueron lo que les permitió llegar a la playa correcta, a la gruta indicada, al resguardo del destino. Your destiny may keep you warm, cantaban los de Oasis.
  5.  La confianza de Hans educa en silencio.
Estuve aplazando la lectura de este libro desde el año 2004. Es una reliquia familiar que ha pasado por varias manos y cuyo año de edición no es específico. En sus solapas hay firmas, la más remota data de 1955. Es la de mi abuelito, Jorge Fernández, quien, como mi otro abuelito, murió en 1984, cuatro años antes de que yo naciera. Cuando abrí este libro, con respecto avanzaba, empecé a sentir que nadie había llegado hasta estas páginas desde hacía mucho, de la misma forma como los protagonistas avanzan por senderos que hacía cientos de años no eran transitados. En un momento, me dio por olerlo. Su aroma dulce me hizo imaginar qué loción se aplicaría mi abuelito y pensé que tal vez este libro podría contener mensajes que él quisiera darme hoy. Leyéndolo, los escuché.