Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne, trata más que
de una expedición. Para mí, en este momento de mi vida, esta novela fantástica
es acerca de la voluntad y la esperanza; de asumir con energía propósitos
nobles, expediciones imposibles. Lo relaciono con mi búsqueda actual por medio
de la literatura y de la música, con los sacrificios que debo hacer para poder crear,
para forjarme. Hay verdaderas joyas puestas de manera sutil y brillante dentro
de la trama, como cuarzos incrustados en una roca cualquiera. Ejemplos:
- El tío no se desgasta en discusiones: su propósito es claro y gigante: viajar al centro de la tierra. ¿Cómo iba a distraerse en nimiedades y orgullos?
- Axel se enfrenta a sus miedos, a su pesimismo y a su incredulidad: el tío, atento e impasible, lo enfrenta constantemente: ¡Hablas como un hombre sin voluntad!
- El granito, dura roca que los separa de la superficie terrestre, los hace sentir aprisionados. Pero en algún momento el tío propone lo siguiente: ¡Nuestra voluntad debe ser más dura que el granito! Y sí: nuestra voluntad, la voluntad personal, debe ser más dura que los obstáculos. Haceos duros, gritaba Zaratustra, más o menos por los mismos años en que Julio Verne publicó esta novela.
- Axel lo dice: todos los inconvenientes, todos los obstáculos, todos los problemas, fueron lo que les permitió llegar a la playa correcta, a la gruta indicada, al resguardo del destino. Your destiny may keep you warm, cantaban los de Oasis.
- La confianza de Hans educa en silencio.