El grupo de Psicología e Introspección publicó en su cuenta: "La verdadera intención con la que se lleva a cabo una acción marcará el resultado".
Yo no entendí y pedí más luces.
Me respondieron:
"Por ejemplo, si una persona piensa que quiere arreglar un problema dialogando con otra, pero en realidad lo que quiere es convencerla, será muy probable que no lleguen a entenderse. O si una persona quiere ayudar a otra pero en realidad lo que quiere, aunque sea de forma inconsciente, es que esa persona le valore o no le rechace es más probable que obtenga lo contrario de lo que esperaba. No decimos que estas sean siempre las intenciones que hay detrás del diálogo o de querer ayudar a otros, sino que estás acciones se pueden hacer con muy diversas intenciones más profundas, acertadas o equivocadas, y esas intenciones marcarán el resultado de esas acciones. Porque la otra persona reacciona, consciente o inconscientemente a esa intención; siguiendo los ejemplos, las personas tienden a defenderse de que les quieran convencer, o muchas personas interpretan que les quieran agradar como una amenaza, como si les quisieran manipular... esto son sólo unos ejemplos, es más complejo, pues hay numerosas interpretaciones y no siempre ocurre del mismo modo, pero a largo plazo la intención se impone".
Lo trato de asimilar de acuerdo a mi experiencia: "la intención al decir algo, determinará el resultado".
Sigo rumiando a través de escenarios hipotéticos: he decidido irme, alejarme, y no estoy dispuesto a considerar los motivos, la naturaleza de esta decisión, a reflexionar acerca de ellos, a cuestionarlos, a ponderarlos. Emito mi mensaje sin dejar opción de diálogo. Me impongo y me mueve más el ánimo de la justificación que de la corrección.
No me pregunto: "¿Por qué digo esto? ¿Qué me impulsa: la intención de hacer sentir culpable a mi interlocutor o la intención de solucionar X problema? ¿Quiero que se solucione o solo tengo ganas de elaborar una despedida articulando previamente todos los argumentos para poder concluir "tú eres el causante de este problema que no tiene cómo resolverse"?"
Pienso en los diálogos que sostienen mis personajes. En que estos niveles de sentido son la parte esencial de todo drama.
También pienso en el Padrino. En la escena final, el Padrino, luego de haber exterminado a sus enemigos, es confrontado por su esposa. Él intenta evadirla con furia pero ella es implacable. Su pregunta persiste como una amenaza. Él no quiere que ella lo deje, la ama. No se justifica ni la manipula con su poder. Cede, temerosamente cede y miente. Esta mentira es tan cruel como desesperada, pero nos demuestra que él no es tan poderoso como creíamos.