lunes, 29 de abril de 2024

Creo comprender los motivos

 


Vivo inmerso en relatos épicos, confusos y exigentes. Se evidencia en un hecho: es general el equívoco de considerar a los escritores, sabios. Es decir, creen que porque nos gusta crear con palabras, ideas, personajes, dramas y rimas, e indagar en las probabilidades expresivas, estamos aspirando a la sabiduría. Hay cierta épica en insistir en llamar "sabiduría" a la más elemental sensatez. 
Y, aún así, toda réplica suena aún más épica que los mismos relatos que merodean por los entornos:

Durante una charla en un colegio, el más atento de los niños le pide al escritor un consejo de vida. Casi como un acto reflejo, el escritor le responde:

    - Mi consejo es que no le pidas consejos de vida a ningún escritor.

Los ojos de los asistentes se abrieron, como saludando las cicatrices de oro y plata que recién se asomaban. Le trataron luego como a uno de los suyos, lo comprendieron similar: ingenuo, temeroso,  insular.  

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